domingo, 23 de agosto de 2009

Y yo que pensaba que esto solo pasaba en las peliculas...


Creía que en mi interior ya no había sitio para sentir esas cosas, creía que después de varios fracasos con los tíos mi corazón se había cansado de sufrir. Había empezado a creer que hasta dentro de mucho tiempo no tendría el privilegio de sentir nada, de que, cuando conociese a algún tío que me pareciese interesante simplemente me limitaría a charlar con él, pero nada más, porque sentía que no podría haber nada mas en mucho tiempo, pero como siempre, me he equivocado…

Cuando lo conocí me dije: “Es majo, pero no quiero correr, no quiero estamparme…” Y en principio no iba a hacer eso… Hasta que el me dijo de quedar para hacer un café y dar un paseo y tal, y yo le dije que si, por que me apetecía quedar con él y charlar.

Hay que decir que el chaval esta como un queso y que cuando lo vi salir de la estación pensé: “No puede ser el, no puede ser el…” Pero si que fue él, y entonces fue cuando pensé: “¿Se puede saber dónde voy con semejante hombre?”

Y si, paseamos un rato, hablamos sentados en un banco durante otro rato, y entonces, cuando nos quedamos los dos callados de repente me dice: “¿Me vas a dar un beso o no?” Pero no sonó como una exigencia, ni una orden… O quizás fui yo quien quiso escucharlo como un susurro, como si fuese su deseo. Pero claro, yo quería ir despacio, pero al mirarle y verle esos labios… Mi respuesta fue: “¿Tengo que darte yo el beso?” Así que fue él quien se lanzó, y yo no me aparté, ni si quiera vacilé cuando su rostro se acercó al mío, ni cuando sus labios besaron los míos… Nunca me habían besado con semejante pasión, con tantas ganas de “devorarme”. Pero no todo era pasión, a veces era de lo más dulce, me acariciaba la cara o me la sostenía entre sus manos, y yo me perdía cada vez que me tocaba. Sus brazos me pegaban a él, me apretaban contra su pecho… Era todo tan irreal, yo pensaba que esas cosas solo pasaban en las películas, y que si en la vida real pasaban nunca me pasarían a mí, yo no tengo esa suerte…

…O esa mala suerte… Si, mala suerte, porque tengo la sensación de que quizás el no sea tan bueno, que simplemente quedase conmigo para hacer lo que hicimos y ya está. Es que todo es tan perfecto, todo estuvo tan en su sitio que no es normal en mi vida. Quizás sea eso, que no estoy acostumbrada a tener suerte, a sentirme querida efímeramente por alguien, por eso me aferro a eso, a creer que quizás si haya algo mas, aunque mi corazón escarmentado me está diciendo que no, que no me fie, que lo que pasó, pasó, y ya está. Que yo no soy mujer para él, el es demasiado perfecto para mi, demasiado increíble.

Es gracioso, llegué a la conclusión de que era como en las novelas románticas que he leído, donde un hombre magnifico conoce a una chica normal y corriente y no con mucha suerte y termina siendo todo maravilloso… Pero eso no son más que novelas para mentes fantasiosas, y si, mi mente fantasea mucho, pero mis fantasías nunca se hacen realidad, y dudo que esta lo haga.

Realmente no me siento enamorada ni nada de eso, sí que me gusta mucho, pero no sé, es una sensación extraña, y odio sentirme así. Si la cosa no va a ir a mas espero que sea el típico tío con el que te lías una vez, mola durante un tiempo y luego ya se te pasa la tontería, que casos como esos los he tenido a puñados…

A lo mejor lo estoy idealizando demasiado, a lo mejor creo que él es demasiado perfecto para mí cuando en realidad no lo es, que simplemente es alguien normal con el que me he liado y ya está. No lo sé, ni quiero precipitarme, ni quiero pensar en lo que no es.

Si le intereso lo sabré, si lo de ayer solo quedó ahí también lo sabré, pero yo no pienso hacer como otras veces, no pienso irle detrás. Si seguiré que nuestra amistad, hemos compartido muchas palabras, ambos sabemos muchas cosas de los dos y no quiero perder eso, pero no quiero lanzarme a la piscina sin saber si está llena o vacía… Y tampoco quiero hacerlo sin saber si alguien va a estar ahí para salvarme…

martes, 4 de agosto de 2009

Lo que importa y lo que tenemos.


Como siempre diré, ya llevo días sin escribir nada, pero es que realmente no había nada nuevo que escribir. El sentimiento de tristeza sigue oculto tras la máscara de satisfacción, tras la fachada de “todo va bien”, cuando en realidad nada va bien, cuando en realidad las cosas no salen como quieres, todo sale mal y pierdes el optimismo.

Una vez pensé que por fin había encontrado lo que yo buscaba, un grupo de gente donde era aceptada por cómo era, donde caía bien y se contaba conmigo, pero no fue más que una falsa ilusión, todo eran mentiras y falsas promesas. Yo ya no soy especial, ni soy una de sus mejores amigas… Yo ya no soy nada en ese sitio, vagaré por sus recuerdos de juventud como la chica que estuvo saliendo con ellos tres meses. Lo mismo haré yo con ellos, porque una vez fueron importantes, pero dejaron de serlo cuando nos dejamos de ver, y todos esos sentimientos se perdieron.

Eso pasa con todos, no puede haber nada ni nadie eternamente esperándote, nadie te llamará, después de tres meses sin saber nada, y te dirá: “Aun eres especial, aun hay un sitio aquí para ti.” Porque el espació que ocupaste tu en su momento, ahora lo ocupa otra persona.

Yo he conocido un grupo de gente nueva, mis compañeros de clase, y me aterra pensar en el último día de clase, porque no quiero dejar de verlos. Sé que con algunos conservaré la amistad que está empezando a surgir, y sé que algunos lucharían por mí, me lo demuestran casi cada día, dándome importancia a mí y no al resto de compañeros. Se lo agradezco mucho, parece que por fin soy aceptada en un grupo… Pero eso también me pasó antes y después deje de ser yo. ¿Cuántas mascaras tuve que ponerme? Yo no estaba bien, pero nadie supo darse cuenta hasta el final.

Tengo miedo de sentirlo otra vez en mi interior, por que se que si lo siento esta vez no se me podrá dar nada, ni si quiera las dulces falsas esperanzas del principio, porque ya las perdí. El problema es que irremediablemente está creciendo en mi interior y sé que no lo voy a poder parar… Cada vez que lo miro, cada gesto que él me dedica, cada palabra, me nubla la vista y confunde lo que siento, y yo no quiero seguir así, yo no quiero llorar por alguien que no es para mí, porque esta vez sí que no es para mí. Seré su amiga, pero nada más.

Últimamente todo son problemas, y la verdad es que esta vez sí que no veo la salida. Lo pierdo todo, no tengo dinero, se me rompe el coche y no puedo repararlo, no sé qué hacer, no consigo ni por asomo lo que quiero… Y para colmo, como bien le dije a una amiga mía el otro día, por lo visto a todo hombre que toco o tiene novia o vuelve con su ex. Es acojonante.